Últimamente es habitual encontrar abundante información sobre remakes de todo tipo de contenido audiovisual. Hace muy poco les contaba de algunos como Las Guerreras Mágicas o Ranma 1/2, solo por nombrar un par. Para algunos puede ser una alegría ver contenido nuevo de una franquicia que les gusta. Si tengo que ser sincero, yo sí me alegré cuando me enteré de la remake de Ranma. Es cierto que hay casos y casos. Pero, en general: ¿Es verdaderamente beneficioso para una obra la realización de una remake? Acá lo vamos a averiguar.

¿Qué tienen de bueno los remakes?

Los remakes son la oportunidad perfecta para acercar una obra al público joven, mantener cautivos a los viejos que van a revisitar una historia por obra y magia de la nostalgia y reflotar una franquicia que, probablemente, haya caído en el olvido. Léase como la chance de seguir facturando. Y hay una máxima en la industria del entretenimiento que nunca falla: La nostalgia vende.

Desde lo técnico, puede aportar mayor calidad visual. No olvidemos que no todo el contenido envejece de igual manera. En este apartado, es posible que una remake sea la solución para entregar una versión fresca y mejorada en lo estético. Además, como siempre se agregan o cambian detalles, puede ser que se amplíe el universo narrativo de nuestra franquicia favorita. Aunque exista en general el miedo de ver mancillada una obra que consideramos de culto no necesariamente tiene que ser así. No todos los cambios son para mal.

¿Qué tienen de malo los remakes?

Cuando me pongo a pensar en la cantidad de remakes, reboots, resets, etc de franquicias exitosas que tenemos en la actualidad me da a pensar sobre la falta de originalidad que hay en la industria del entretenimiento. O quizás, la falta de querer tomar riesgos y jugárselas con un proyecto nuevo. Porque poner la cara de Ranma, de Goku o de Gandalf en un producto hace que haya más chances de que el público lo acepte. Al menos al principio.

Es que es verdaderamente un riesgo también el tomar caras conocidas para hacer productos nuevos. Sobre todo cuando se nota de manera descarada la intención de lucrar y no se muestra un producto bien cuidado. No nos olvidemos las furiosas críticas que recibió Dragon Ball Super cuando irrumpió en la escena con sus dibujos que parecen hechos por un infante. En fin, para sacar un producto así hay que saber que la comparación será constante y despiadada.

Por otro lado, puede que el público sea demasiado ortodoxo y no quiera ver aventuras nuevas de sus personajes favoritos. A veces los cambios pequeñas en la trama pueden arruinar parte del encanto de una película o serie. Como dicen, el amor está en los detalles. O peor aún, imaginate ver tu franquicia preferida llena de inclusión forzada a la que los guionistas actuales nos tienen acostumbrados. Algo que sucede en la mayoría de producciones occidentales. Prohibido olvidar a los elfos africanos de El Señor de los Anillos. Por suerte, de momento el anime parece estar exento de este tipo de cosas.

Entonces, ¿Vale la pena la realización de remakes?

Obviamente, la realización incansable y reiterada de remakes hace que de alguna manera pierda el sentido. Si bien en algunos casos puede llegar a revitalizar ciertas historias y ampliar el universo de una franquicia, en otros puede llevar a conclusiones desastrosas llegando incluso a matar proyectos futuros. En mi opinión, si van a hacer remakes hagan que valga la pena. Hablo como gordo fan cuando digo que es mejor quedarse con un buen recuerdo antes que ver destruido algo que una vez amamos.

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